«Un perfume de mujer con olor a mujer». Sobre la base de esta audaz petición de la diseñadora francesa Gabrielle Chanel, más conocida como Coco Chanel, el famoso químico y perfumista Ernest Beaux creó Chanel N.º 5 en 1921. La composición combinó esencias de flores con aldehídos, sustancias obtenidas por síntesis química. El perfumista usó unas 80 sustancias para satisfacer las exigencias de la estilista y el resultado fue un perfume intenso y muy sensual.
El uso de ingredientes sintéticos marcó el inicio de la perfumería moderna a finales del siglo XIX y enriqueció la paleta de los perfumistas con nuevas notas olfativas. En los años 20, el estudio de las moléculas fue el pasaporte para la producción de fragancias a escala industrial. En la actualidad, los fabricantes disponen de más de tres mil moléculas sintéticas de perfumes y la industria de la perfumería mueve siete mil millones de euros al año.
La fragancia de un perfume es un sistema complejo de sustancias, que originalmente se extraían de plantas o de animales salvajes. Para hacerse una idea, se necesitan cinco toneladas de rosas para obtener un kilo de este aceite esencial y ocho millones de jazmines para obtener la misma cantidad. La comercialización del aceite de almizcle natural está limitada a 300 kilos al año, para preservar la especie de los ciervos almizcleros.
De hecho, la caza de este pequeño ciervo fue prohibida por la Convention on International Trade in Endangered Species of Wild Fauna and Flora (CITES) en 1979, aunque algunos países, como Rusia, tienen leyes nacionales que la autorizan dentro de determinados límites.
La preocupación por la conservación de la biodiversidad, especialmente de las especies de flora y fauna en riesgo de extinción, ha llevado a la industria de los perfumes a los laboratorios químicos, donde hoy se crean productos sintéticos que constituyen una alternativa a los de origen vegetal o animal. Estas son, tal vez, las dos mayores contribuciones de la química sintética a la industria de la perfumería: la preservación de la biodiversidad y la masificación de los perfumes, ya que la síntesis de aromas en los laboratorios redujo considerablemente los costes de producción.
Chanel N.º 5 fue lanzado el 5 de mayo de 1921 y hoy en día sigue siendo un éxito. Símbolo de refinamiento y elegancia, la fórmula del perfume incluye aceite esencial de palo de rosa, jazmín de Grasse, flores de azahar y sándalo. Un siglo después de su lanzamiento, sigue siendo un perfume clásico y contemporáneo, y es el más vendido en todo el mundo.